Ruta100

Cada paso que damos nos da la alternativa de cien caminos

Maravillas de Copenhagen

Llegué a Copenhagen, con una lluvia infernal, a la 1 de la tarde y, después de darme una buena ducha - no lo hacia desde el lunes-, salí a recorrer la ciudad. Por suerte la lluvia se había terminado.

Creo que esta es una de las ciudades que mas me ha gustado hasta ahora. Es un espectáculo mirar cada calle y sus edificios, y ver además como se ha integrado la arquitectura moderna en el desarrollo de la ciudad.

Es una ciudad sumamente atractiva, dan ganas de quedarse. Con unos parques preciosos y con mucha vida, aunque no se ve mucha gente joven.

El aprovechamiento de los espacios públicos es total, esta todo pensado para que la gente haga uso de ello.

Camine todo el día por la ciudad, encontrando a cada rato un lugar o algún edificio interesante.

Salí de la estación hacia las calles del centro, cuando el cielo se empezaba a despejar, y el día se transformaba nuevamente en verano. Pase por la municipalidad, un edificio muy bonito con una explanada enorme en su frontis, donde un grupo de parejas bailaban tango, luego seguí hacia un canal que se adentra en la ciudad un par de cuadras y esta lleno de restaurantes en la orilla. En el fondo de la calle había un escenario montado para un festival de jazz que se estaba llevando a cabo y que pude presenciar.

A continuación me fui hacia los palacios reales y la Iglesia de Frederik, una enorme iglesia redonda que su techo es una sola cúpula.

Siguiendo en mi camino me encontré con el Kastelet, una fortaleza rodeada de agua y con forma de estrella de 5 puntas, que seria para trasladarse en caso de algún ataque. Lo curioso de esta fortaleza es que no tiene ningún muro de piedra, sino que sus protecciones son el agua y distintos niveles hechos con cerros de tierra, que hoy tienen un excelente pasto.

Muy cerca del Kastelet esta la estatua de ''La sirenita'', una de las mayores atracciones de la ciudad. Desde aquí se puede apreciar también, al otro lado del canal, el gran ''Opera house''.

Continué aleatoriamente mi camino llegando a 2 hermosos parques y luego fui en dirección al otro lado del canal, pasando primero por la biblioteca, donde me encontré con una estatua de Soren Kierkegaard muy sentado en el patio.

El día ya había avanzado bastante y me acorde de Elsinore, ya no se podía. Solamente esperar que el día volviera a estar así cuando vuelva.

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