Ruta100

Cada paso que damos nos da la alternativa de cien caminos

El Primer Viaje

Por Felipe Basso

A quien no le va a gustar viajar si hasta en la oficina, la universidad o el colegio, o incluso en compañía de personas que se podrían considerar muy importantes para nosotros, nos hemos sorprendido pensando en playas, selvas, carreteras o construcciones que no se encuentran al alcance de nuestro sistema de transporte urbano. Porque digan lo que digan, viajar no es simplemente subirse a un medio de transporte para llegar a un destino, hay una gran diferencia entre viajar y simplemente transportarse. Nadie viaja al trabajo todos los días, incluso, aunque viviera en San Fernando y fuera todos los días a Santiago, la rutina convierte esta experiencia en un simple traslado.Para viajar se necesita imperiosamente salir de la rutina o que por lo menos uno lo sienta de esa manera, así sucede también que no es lo mismo el tipo que se va a la playa todos los fines de semana a disfrutar de las bondades del sol y del mar con su familia o amigos que el que simplemente va porque hay que amortizar la compra de la casa, el primero viaja, el segundo simplemente va. En los negocios, el que disfruta su escapada incluso dentro de Chile, porque es eso, una evasión de su rutina, y aprovecha la ocasión para caminar por una plaza aunque no lo haga hace años en su ciudad, de probar comida local y hasta de comprarse algo, no se puede comparar con el que viaja a Bruselas se baja del avión en la mañana para tomar un taxi mientras revisa sus documentos, llega al hotel a ducharse sin percatarse ni siquiera en el color de la toalla, se cambia de ropa (la misma que se pone a diario) y parte a una reunión, para volver unas horas mas tarde al mismo lugar a seguir revisando sus documentos y conectarse con su oficina en Chile, que gracias a las diferencias horarias debería estar comenzando sus actividades del día. La comida, el vino y el ambiente son de un “estándar internacional”, que como propaganda suena muy bien, pero significa en realidad que no vas a encontrar mayores diferencias entre tu país y el lugar donde te encuentres (ofrecemos lo mismo en todos lados, en vez de viajar 15.000km vaya a nuestra sucursal en su propio barrio, si quiere una experiencia de viaje salga a la calle), y esto se extiende también a aerolíneas, aeropuertos y muchos otros servicios que se han preocupado de hacer desaparecer la gracia con la excusa de querer “mejorar la experiencia de viaje de sus pasajeros”. Si el análisis se fuera a los extremos sería impresionante darse cuenta de cómo el mundo, en lugar de evolucionar, hace lo posible por mantenerte en un nivel intrauterino, pero sería demasiado extenso. Ojalá en vez de buscar las comodidades y las familiaridades, para no sufrir ningún tipo de trauma, fuéramos capaces de salir de nuestro ambiente para llegar al otro lado gritando, llorando y con frío, con una felicidad extraña, pero nueva, así como fue ese primer viaje que nos trajo hasta aquí, a este mundo que fue el que nos tocó conocer.

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