Ruta100

Cada paso que damos nos da la alternativa de cien caminos

Qué Has Hecho?

Por Tyler Durden

En general, excepto que tengamos vidas demasiado entretenidas, alejados de la rutina, tipo superhéroe o agente secreto, nunca hay una respuesta interesante a esta pregunta, ni para el que responde, ni para el que pregunta.
La verdad es que, al parecer, a nadie le gusta mucho andar contando su vida diaria cuando considera que de verdad no ha hecho nada especial digno de destacar, por ende la respuesta típica siempre resulta siendo: ”mmm…nada especial”…
Por otro lado, al mismo tiempo, hay muy poco interés real del que hace la pregunta, y espera con ansias que la respuesta sea lo más cercana a la alternativa antes señalada, sobre todo porque la pregunta no fue hecha para oir una respuesta, sino como discreto preámbulo para poder contar algo luego de la respuesta, y enrostrar que no se es tan fome como el otro.
Si la respuesta, cosa que se da en un escaso porcentaje de las encuestas, llegara a ser distinta y se comenzara a contar una historia que para uno vale la pena, porque sale de lo cotidiano, nos daremos cuenta de que nuestro interlocutor, y autor de la pregunta, al cabo de pocos segundos comienza a mostrar poco o ningún interés por lo que le estamos contando, y el diálogo se termina.
Ni pensar en la pregunta ¿Cómo has estado? o ¿Cómo estás?, las que supuestamente involucrarían un mayor grado de interés por la persona con un carácter físico o emocional, y no solamente de esparcimiento o laboral como la anterior.
La respuesta mutua esperada y la mayormente dada es: “bien”, y se da por cerrado el tema aunque ambos se estén muriendo de dolor o de los nervios.
En el caso de extenderse en la respuesta, a menos que sea de un positivismo absoluto, la mayoría tiende a rechazar y encontrar desubicada a la gente que responde con sinceridad.
Sería bueno que empecemos a valorar un poco más lo que hacemos, las cosas que van llenando nuestros días y nuestras vidas. Que no pensemos permanentemente que el pasto es más verde en el jardín del lado. No es posible que todos tengamos vidas tan intrascendentes. Separemos a los conocidos de los verdaderamente amigos y hablemos de todas esas pequeñas cosas cotidianas que, como los muertos, si nadie habla de ellas se mantienen solo como huesos en un frío cementerio, hasta que finalmente pasan al olvido.
Y por favor, dejémonos de tonteras, seamos sinceros y no caigamos en la convención social, ni de la pregunta, ni de la respuesta. Si de verdad no nos interesa en lo más mínimo lo que nos van a decir simplemente digamos hola, buenos días o cualquier saludo neutro.

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