Ruta100

Cada paso que damos nos da la alternativa de cien caminos

Amistad o Búsqueda de Aceptación?

Por Tyler Durden

Por ahí por la vida anda a veces caminando ese tipo de gente que estaría dispuesta a hacer de todo por un amigo, desde los más simples favores hasta las más complicadas operaciones, que pueden transgredir incluso sus propios principios y valores, por una causa tan noble como la amistad o la lealtad que esta compromete.Algunos se dan el tiempo de pensar en las consecuencias e incluso de contradecir o aconsejar a su interlocutor cuando las cosas comienzan a caer en la penumbra, pero siguiendo la regla general, en la mayoría de los casos, es la amistad la que prevalece y el lado gris de la vida es la zona donde más tiempo se pasa.Así fue tal vez como se tomaron el primer copete, o probaron alguna vez el cigarro, también es la influencia de terceros en la propia vida, muchas veces para bien, otras tantas para mal, el trampolín para muchas otras cosas que nunca habrían, por si solos, pensado hacer. No se puede negar que muchas veces no se quebranta nada y se fortalecen las amistades, cuando estas son verdaderas y las exigencias bilaterales se enmarcan y se refieren principalmente a este tipo de relación.Sin embargo, creo que podría asegurar que, sin importar quien sea el que lea esto, más de alguna vez se ha visto en alguno de los dos lados de la moneda. Hemos pedido cosas a al débil que las acepta, o hemos tenido nosotros mismos esa debilidad al ser exigidos por un tercero en algo que no estaba en nuestra agenda. Reconociendo o no si el hecho nos llevará más hacia el blanco o al negro (nunca se sabe hacia qué lado pueden querer ir las personas), sí hemos tenido conciencia de a quién le pedimos o ante quién estamos cediendo, y de las expectativas que tenemos de la relación existente, y es aquí donde generalmente nos equivocamos. Porque no es lo mismo ceder o pedir al que sabemos que nos conoce y nos quiere, y que está dispuesto a responder ante lo que pedimos, o ante las consecuencias de sus propias peticiones, o dar un buen consejo si fuera necesario, que hacerlo ante el que sabemos que busca en esto su propio beneficio sin importarle tu destino o anhela su aceptación como persona, dependiendo del lado de la moneda en que se encuentre. Todos hemos, en algún momento, manipulado o sido manipulados en nombre de la amistad.Esto me ha hecho pensar en uno de los estrenos más esperados del año, la tercera parte de la guerra de las galaxias, “La venganza del sith”, donde podremos ver finalmente como el bueno de Anakin es seducido o forzosamente llevado hacia el lado oscuro de la fuerza, abandonando a su familia y a la causa interplanetaria, que llevarán a la formación del nefasto imperio que tanto nos hizo sufrir en nuestra infancia.Si se tratara de una historia de nuestros tiempos, y ubicada en una ciudad no muy lejana, tal vez, al igual que otras frases famosas que todos recordamos, tales como “que la fuerza te acompañe” (La Guerra de las Galaxias), “yo soy tu padre” (El Imperio Contraataca) o “descansar quiero” (El Regreso del Jedi), no podríamos dejar de reparar en la supuesta escena en que Anakin, después de tomarse unas wenas piscolas con el senador Palpatine y negarse a atravesar el umbral que lo llevará hacia su propia destrucción, se enfrenta al juego psicológico de las palabras de el sabio sith, que lo pone entre la espada y la pared diciéndole “¿somo amigo o no somo amigo?”, ante lo cual, y a falta de mayores argumentos el joven jedi se convierte, sin más, en el temido Darth Vader, y todos ya sabemos en que termina esta amistad. (La historia de Lucas obviamente no es así y toda semejanza con la realidad es mera coincidencia)

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