Ruta100

Cada paso que damos nos da la alternativa de cien caminos

Un Poco de Suerte

Por Alonso Quijano

Me costó un mundo quedarme dormido, no dejaba de recriminarme por no haber atinado a pedirle ningún dato como para poder ubicarla. Seguro que se imaginó que no me interesó para nada. Bueno, ella tampoco se esforzó mucho, pero las mujeres en este país gozan aún de ese beneficio machista.
Después de un gran desvelo por esa estúpida pequeñez, esperé a que fuera una hora prudente para llamar a Pablo, que seguramente se debía haber quedado hasta más tarde que yo despierto, o por lo menos más tarde que la hora en que supuestamente me debería haber quedado dormido.
Me dijo que me podía considerar con un poco de suerte, se trataba de una amiga de su señora que el consideraba bastante, pero, aquí estaba el por qué del poco, hacía muy poco que había terminado con un pololo con miras al altar y al parecer no andaba en busca de ninguna relación, así que si quería intentar algo me dejaba sobre aviso. Me dio su número de teléfono conversamos un poco más sobre la noche anterior y posibles juntadas posteriores y nos despedimos con los saludos de rigor, en mi caso a su señora y él a lo primero que se le ocurrió, mi mamá, que creo que ha vio una vez en su vida hace unos 10 años.
Como buena tarde de domingo, no había muchas actividades en mi cartelera, y como tampoco encontré nada en ninguna de las 10 oportunidades que abrí la puerta del refrigerador, me fui al supermercado a satisfacer mis necesidades de consumo.
Si los almacenes pequeños no fueran tan caros, y tuvieran mejores estacionamientos, no se me pasaría por la mente ir a meterme a un supermercado. Para un tipo como yo, que vive solo y no come muchas veces en la casa, todos los productos podrían estar concentrados en el pasillo “departamento de soltero”. Todos saben que habitualmente compramos las mismas cosas en formatos chicos y en pocas cantidades, así que tal vez, el único pasillo que merecería quedarse tal cual es el de los tragos, el resto que los pongan en la entrada, cerca de la caja express y así nos ahorran el paseito sacando un producto de cada pasillo.
Volví a mi casa y me di unas diez vueltas por todos los canales, sin poner atención a nada que pasara delante de mi vista, sabía que estaba postergando infantilmente el llamado y me decidí a actuar.
Por primera vez en mucho tiempo me sentía como un escolar, mientras marcaba los números se me apretaba el estómago, y llegué hasta la mitad unas tres veces, en busca de una buena razón para no llamar en ese momento, antes e marcarlo completo. En ese milisegundo de silencio antes de la conexión, en un último intento de arrugar, rogué para que sonara ocupado, pero los pausados tonos comenzaron a sonar con espacios que parecían una eternidad. Finalmente fui transferido al desagradable buzón de voz, y no fui capaz de articular ninguna frase, asi que colgué y me sumergí en la televisión.
Volví a intentarlo pocos minutos más tarde, para que no se dijera que no insistí, y mientras sentía el alivio de los eternos tonos, estos se interrumpieron bruscamente con un inesperado aló…..(continuará)

3 Comments:

At 3:41 p. m., Anonymous Anónimo Escribió...

escribe más. pienso que necesitas un editor.

 
At 3:56 p. m., Blogger Ruta100 Escribió...

acepto editores, seguro que más de algun error hay

 
At 6:33 p. m., Anonymous Anónimo Escribió...

quijana:trabaja y hecho un buen apilado con tus historias, busca un título y encamínate a una editorial. o a varias. contáctate con algún periodista. en fin... mas allá de la mera entretención.
espero tus próximos relatos.

 

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