Ruta100

Cada paso que damos nos da la alternativa de cien caminos

Gerona Antigua

Sigo con mi mala costumbre de levantarme tarde, creo que ya no se le puede echar la culpa a la diferencia de horarios, sino que es pura flojera. La Pilar me pasó a buscar para ir a almorzar con Nico y un compañero de oficina de él. Como ya es costumbre ella llegó atrasada y no fue muy bien visto por los que tienen un horario fijo para almorzar. Fuimos a un sector muy cercano a Banyoles que se llama Mata, a un restaurante bien feito, pero con comida bastante aceptable, aunque por el precio (€ 9) es mil veces mejor el menú del Victorino (aprovecho de hacer un poco de publicidad).

Durante el almuerzo Nico me dijo que me habían invitado a un partido de fútbol de su equipo en la tarde, así que antes de partir a Gerona pasé por la casa a buscar algo de ropa que pareciera deportiva. Obviamente mi
equipamiento no era el óptimo, primero porque nunca pensé que jugaría fútbol durante el viaje y segundo porque nunca me ha gustado el fútbol. Partimos a Gerona y Pilar me dejó en el centro. Crucé hacia el casco antiguo de la ciudad por el puente diseñado por Eiffel, un puente que no sería de ningún atractivo si no fuera porque lo diseñó este señor, la verdad es que es bastante feo. De los puentes que cruzan el río definitivamente el más llamativo es el puente de piedra que está un poco más al sur (ya les mandaré una foto).

Inmediatamente al otro lado comienzan las calles antiguas de Gerona, angostas y con edificios de 4 o 5 pisos, todas las calles son de piedra y hay muchos locales comerciales de todo tipo que han sabido mantener las antiguas fachadas y la estética del sector.


Por entre los edificios se podía ver la catedral de Gerona, conocida por ser una de las iglesias con la nave central más ancha que hay en el mundo. De lejos se ve como un gran bloque cuadrado de cemento con una torre. Luego de subir por un par de calles llegué finalmente a la iglesia. Hay una gran escala antes de llegar a la puerta, y en la medida que uno sube de verdad la iglesia de hace cada vez más ancha (algo lógico que pasa cada vez que uno se acerca a algo).

Por dentro se nota la construcción estilo gótico, pero hay tan poca luz que de verdad no se puede apreciar mucho ningún detalle, está llena, por todo el perímetro interno, de pequeñas capillitas como altares dedicados a varios santos locales. El órgano está plantado al centro de la nave y desde ahí parten los bancos, que no son muchos. La verdad es que no me pareció tan grande como decían, conté 32 pasos de un lado a otro de la catedral.
A un costado de la iglesia está el claustro, pero había que pagar € 3 para entrar, así que decidí ir a pasear por los alrededores, lo cual fue una excelente idea, porque sino no hubiera descubierto lo que se encontraba detrás de la iglesia.

Subí por una calle pequeña, que me llamó mucho la atención por lo pequeña y que era la entrada, sin embargo, igual cabe un auto. Me encontré primero con unos jardines muy bonitos y al seguir subiendo me di cuenta de que ya me encontraba en los límites de la ciudad. Desde el camino ya se podía ver el campo, y un poco más arriba ya se sentía olor a pasto y a gallinas. Ahí se encontraban las ruinas de la torre Gironella, construida inicialmente en el siglo III por los romanos y luego reforzada durante el imperio de Carlomagno y después a fines de la edad media. Al parecer ésta era una fortaleza medieval que protegía una de las esquinas de la ciudad amurallada y que Napoleón, cuando abandonó la zona, mandó botarla.

Recorrí los jardines y las ruinas de la fortaleza, y me quedé sentado un rato por ahí tratando de imaginarme como debe haber sido la vida aquí hace 5 siglos. Luego fui a dar a la muralla. Había oído que Gerona tenía una muralla, pero...¡¡¡qué muralla!!!. Es impresionante la altura y el largo que tiene. La recorrí entera y fui a dar al otro lado del casco antiguo. Crucé por el puente de piedra y me fui a comprar un memory stick para mi cámara.

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