Ruta100

Cada paso que damos nos da la alternativa de cien caminos

Avila y el Cochinillo de Botín

Llegué a Ávila alrededor de las 5 de la tarde, como no estaba planeado en mi ruta de este día no había averiguado nada de distancias ni direcciones, y solamente tenía un poco más de dos horas para hacer mi visita, lo cual no era una gran restricción ya que mi mayor interés era conocer la muralla, así que me limité a seguir la señalética de la ciudad, hasta que desde lejos pude divisar la muralla y una gran puerta..
Ahí estaba la gran muralla de Ávila, que según había leído y visto en fotografías es la mejor tenida y una de las más grandes de España, y la puerta de San Vicente, que debe su nombre seguramente a la basílica de San Vicente que está ubicada frente a la puerta, pero por el lado exterior de la muralla.

Yo ya me había impresionado con la muralla que aún rodea parte del casco antiguo de Gerona, pero debo decir que no es nada comparada con ésta.
Como no encontré información en mi camino, me dispuse a comenzar mi recorrido aleatorio por las calles de la antigua ciudad, hasta que diera con algún edificio de interés o con una oficina de turismo. Mi camino me llevó directo a la catedral, un imponente edificio gótico con una torre rectangular, que está incrustado, por su parte trasera, en la muralla, por lo que forma parte de las barreras de la ciudad.dentro de la catedral se estaba efectuando una exposición de arte religioso local, que ocupaba todo el espacio interior con tabiques, lienzos y pasillos, así que solo se podían apreciar los arcos del techo, algunas columnas y los vitrales más altos. Además, por culpa de la bendita exposición estaba prohibido tomar fotografías.

Me retiré indignado del profanado recinto sacro y me encontré, a pocos
pasos, con una de las subidas a la muralla, que se encontraba inmediatamente al lado de otra espectacular puerta, la del alcázar, aunque el edificio del alcázar ya no existe porque lo echaron abajo a principios del siglo pasado para construir una sucursal del banco de España (de ahí seguramente viene nuestra herencia), aun quedan un par de torres en la muralla que pertenecían al edificio.

Estando arriba de la muralla se tiene una vista hacia casi toda la ciudad antigua, y hacia afuera, desde la torre del alcázar se puede ver la famosa iglesia de san pedro. Dicen que en la plaza de santa teresa, que está entre la puerta y la iglesia, se instalaba Torquemada con sus amigos inquisidores, aunque su cuartel general era el monasterio de Santo Tomás, que no alcancé a visitar.

Me di el gusto de caminar por casi toda la muralla (una buena parte de ella no está incluida en el circuito turístico), pasando por las torres para tener distintas vistas de la ciudad, la muralla y sus alrededores. De repente, a lo lejos, vi un enorme edificio, como un palacio, sobre un cerro rodeado de árboles, y me vino algo así como un ataque de desesperación de turista ignorante. Ya no me quedaba tiempo para llegar hasta allá ¿que era ese edificio? ¿y si era algún famoso palacio y me lo perdía?, por que no creo que en el corto plazo fuera a volver por aquí. No me parecía haber oído nunca sobre algo así en Ávila, aunque mis conocimientos de la ciudad solo se referían a la muralla, Santa Teresa, San Juan de la cruz y Torquemada (tres de ellos no eran edificaciones). Traté de olvidarme del palacio y seguí disfrutando de mi paseo por la muralla, pero apenas bajé pregunté enseguida por la oficina de informaciones, donde me dijeron que no se trataba de ningún edificio histórico ni de interés turístico, sino que solamente era la universidad católica de Ávila. Me fui entonces de la ciudad con cierta tranquilidad, pero sintiendo, en el fondo, una gran envidia por los alumnos de su universidad.

Llegué a la Plaza Mayor cerca de las 9 de la noche. Había quedado de juntarme con Héctor ahí a esa hora, porque, en vista de su hospitalidad, quería demostrarle algo de agradecimiento invitándolo a comer a un lugar que me habían recomendado mis apoderados donde preparan un cochinillo muy bueno, y según las indicaciones no parecía tan caro, además sabía que nunca iba a ir solo.
Llegamos entonces hasta "el sobrino de Botín", que está a un costado de la plaza por la calle cuchilleros, donde muchos de los restaurantes funcionan en antiguas bodegas que reciben el nombre de cuevas. Según dice la leyenda que está escrita frente a su puerta, es el restaurante más antiguo del mundo, fundado en 1725, registrado en el libro de Guinnes.
Lo que más me impresionó del local, aparte de la decoración, la espera para adjudicarnos una mesa y las dependencias en que funcionan sus comedores, fue el precio del afamado cochinillo ¡¡¡18€!!!. Lamenté no haber pasado en alguno de mis paseos a consultar la carta antes de hacer la invitación. Supuse entonces que con este precio me deberían traer el animal completo, pero nada. Era solamente un buen trozo, muy rico, acompañado de un par de papas asadas, todo esto junto con el pan (que te lo traen y después te lo cobran aunque no lo hayas pedido) y una jarra de sangría, que la pedí no solamente porque era la opción más barata de la carta, sino porque además me gusta mucho. 47€ me salió mi amable gesto, y creo que fue realmente el debut y despedida de mis demostraciones de gratitud.

Llamamos a la Belén y nos quedamos de juntar en Las cuevas de Sésamo, donde ella estaba con un grupo de chilenos que ya terminaban sus días por Europa y volvían al día siguiente a santiago. Allá seguimos con la
sangría, que esta vez pagó Héctor. A continuación partimos al "mona lisa", un bar con espacio para baile que debe su nombre a un cuadro, copia gigante del original de Da Vinci, colgado en la entrada. Se podría decir que es algo así como parte del circuito cultural nocturno de Madrid. Un corto gratis, un poco de baile, un ron gentileza de compatriotas, un poco más de baile, ya estamos muy apretados, un rato más y Héctor dice que se va, pero que si yo quiero me quedo. No tiene mucha gracia su comentario, porque la verdad es que no me puedo quedar, es más de la 1 de la mañana y no me puedo volver en metro y tampoco quedarme en Madrid. Nos despedimos y nos vamos.

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